La
Academia de Platón
La primera acción
de Platón como filósofo fue publicar el discurso de la defensa de Sócrates.
Platón fundó su
propia escuela de filosofía. La escuela estaba situada en una arboleda que
debía su nombre al héroe mitológico griego Academo. La escuela de Platón se
llamó Academia, donde la conversación viva era lo más importante. El diálogo era la forma escrita de Platón.
Lo
eternamente verdadero, bello y bueno
A Platón le
interesa lo que es eterno e inmutable en la naturaleza, y lo que es eterno e
inmutable en cuanto a la moral y la sociedad. Le interesa lo que es eternamente
“verdadero”, “hermoso” y “bueno”.
El mundo
de las Ideas
Platón opinaba que todo lo que podemos tocar y sentir en la
naturaleza fluye.
No existen unas
“materias primarias” que no se disuelven.
Todo lo que
pertenece al mundo de los sentidos está
formado por una materia que se desgasta con el tiempo, pero, a la vez, todo
está hecho con un “molde” eterno e inmutable.
¿Por qué todos los
caballos son iguales? Porque hay un “molde de caballo” eterno e inmutable. Platón
pensaba que tenía que haber una realidad detrás “del mundo de los sentidos”, y
a esta realidad la llamó el mundo de las
Ideas. Esta es la teoría de las Ideas.
El
conocimiento seguro
Solo podemos tener conocimientos seguros de aquello que
vemos con la razón.
Un alma
inmortal
Platón pensaba que
la realidad está dividida en dos. Una parte es el mundo de los sentidos, la otra parte es el mundo de las Ideas. El ser humano también está dividido en dos
partes. Tenemos un cuerpo que “fluye” y tenemos un alma inmortal, la morada de la razón.
Platón pensaba que
el alma ya existía antes de meterse en un cuerpo. El alma se encontraba en el
mundo de las Ideas. Pero en el momento en el que el alma se despierta dentro de
un cuerpo humano, se ha olvidado ya de las Ideas perfectas. Conforme el ser
humano va sintiendo las formas en la naturaleza, va teniendo un vago recuerdo
en su alma. Con esto se despierta también una añoranza de regresar a la
verdadera morada del alma. A esa añoranza Platón la llama eros, que significa “amor”. El alma siente una “añoranza amorosa”
por su verdadero origen. Platón opinaba que, de la misma manera, todos los
fenómenos de la naturaleza son solamente sombras de los moldes o ideas eternas.
De todas formas, la
gran mayoría de los seres humanos está satisfecha con su vida entre las
sombras. Creen que las sombras son todo. No viven las sombras como sombras. Con
esto, también se olvidan de la inmortalidad de su propia alma.
El camino
que sube de la oscuridad de la caverna
El mito de la caverna. La
caverna es ese “teatro de sombras”.
El Estado
filosófico
El mito de la
caverna de Platón lo encontramos en el diálogo La República en el que Platón nos proporciona una imagen del
“Estado ideal”.
Según Platón, el
cuerpo humano está dividido en tres partes: cabeza,
pecho y vientre. A la cabeza pertenece la razón, al pecho la voluntad,
y al vientre, el deseo. La razón debe aspirar a la sabiduría, la voluntad debe mostrar valor, y al deseo hay que frenarlo con la moderación.
Como el resto de la
filosofía de Platón, también su filosofía del Estado se caracteriza por su racionalismo. Platón quería suprimir la
familia y la propiedad privada para los gobernantes y soldados del Estado.
Tendría que ser responsabilidad del Estado educar a los niños. (Fue el primer
filósofo que hablo en favor de un sistema público de guarderías y colegios).
Más adelante,
escribió el diálogo Las leyes, en el
que describe “el Estado legal” como el segundo mejor Estado. Ahora se muestra
partidario de la propiedad privada y las ataduras familiares. De esta manera se
reduce la libertad de la mujer. Pero dice que un Estado que no educa ni entrena
a sus mujeres es como un ser humano que solo hace ejercicio con el brazo
derecho.
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