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14. Dos civilizaciones.

Dos civilizaciones

La civilización grecorromana y cristiana europea tiene dos raíces: los indoeuropeos y los semitas.

Los indoeuropeos

Creían en múltiples dioses, eran politeístas. El mundo se concebía como un drama entre las fuerzas del bien y las fuerzas del mal. Los indoeuropeos han querido siempre prever el destino del mundo. También intentaron conseguir verdaderos conocimientos sobre el ciclo de la naturaleza.
Los indoeuropeos tienen una visión cíclica de la Historia. Ven la Historia como algo que da vueltas, que avanza en ciclos, igual que las estaciones del año.
Las dos grandes religiones orientales, el hinduismo y el budismo, tienen origen indoeuropeo, igual que la filosofía griega. El budismo y el hinduismo subrayan lo divino como presente en todo. Esto se llama panteismo. En Oriente, la pasividad o el recogimiento es un ideal religioso. También, en muchas culturas indoeuropeas, se cree en la transmigración de las almas.

Los semitas

Las tres religiones occidentales, el judaísmo, el cristianismo y el islam, tienen bases semitas. Pero el Nuevo Testamento fue escrito en griego.
Mientras que los indoeuropeos creían en muchos dioses distintos, los semitas creían en un solo dios. Esto se llama monoteísmo. Los semitas han tenido una visión lineal de la Historia. La Historia se considera como una línea, por lo que un día la Historia concluirá.
Se cree que Dios interviene en la Historia. Mejor dicho, la Historia existe para que Dios pueda realizar su voluntad en el mundo.
Si para los indoeuropeos, el sentido más importante es la visión, para los semitas es el oído. El credo judío empieza con las palabras “¡Escucha Israel!”.
Además, las imágenes están prohibidas en el mundo semita. Los hombres no deben competir con Dios en lo que se refiere a la “creación” de algo.
Si en la Iglesia cristiana abundan las imágenes de Dios y de Cristo, es por la influencia del mundo grecorromano en el cristianismo. En la iglesia ortodoxa (Grecia y Rusia) sigue estando prohibido hacer imágenes talladas de la historia de la Biblia (esculturas o crucifijos).
En las tres religiones occidentales existe una distancia radical entre Dios y su Creación, a diferencia de las religiones orientales. Éstas pretenden salvar al hombre de la transmigración de las almas, mientras que en las religiones occidentales se busca salvarse del pecado y de la culpa.

Israel

Moisés recibió las Tablas de la Ley en el monte Sinaí. Esto ocurrió unos 1.200 años antes de Cristo. Alrededor del año 1.000 a. de C., es decir, mucho antes de la existencia de ninguna filosofía griega, oímos hablar de tres grandes reyes en Israel: Saúl, David y Salomón. En su investidura, los reyes eran ungidos por el pueblo obteniendo el título de Mesías, que significa “el Ungido”. A los reyes se les llamaba, por tanto, “hijos de Dios”. El país podía llamarse “reino de Dios”. Pero Israel no tardó en debilitarse y se dividió en un reino norte (Israel) que fue conquistado por los asirios, y en un reino sur (Judea) que fue invadido por los babilonios. Los profetas predicaron más tarde la llegada de un nuevo rey que reconstruiría Israel y fundaría un “reino de Dios”.

Jesús

Jesús se distinguía de otros mesías en el sentido de que dejó muy claro que no era ningún rebelde militar o político. Su misión era mucho más importante. Predicó la salvación y el perdón de Dios para todos los hombres. El pueblo estaba esperando un general y llega Jesús vestido de túnica y sandalias diciendo que debemos “poner la otra mejilla” y debemos “perdonar, no siete veces, sino setenta veces siete”. Jesús dejó claro que no podemos salvarnos a nosotros mismos (muchos griegos pensaban que esto era posible). Su mensaje radical de salvación rompía con tantos intereses y posiciones de poder que fue necesario quitarlo de en medio. De esta manera, según el cristianismo, Jesús murió por los hombres. Es lo que se suele llamar la “muerte redentora” de Jesús.

Pablo

Pablo dice: “Si Cristo no ha resucitado, nuestro mensaje no es nada y nuestra fe no tiene sentido”. Los judíos no creen en la “inmortalidad del alma” ni en la “transmigración de las almas” (ideas griegas e indoeuropeas). Según el cristianismo no hay nada en el hombre, ni su alma, que sea inmortal, ya que fue creado por Dios. La Iglesia cree en la “resurrección del cuerpo” y en la “vida eterna”. Y esto no se debe a nuestro propio mérito ni a ninguna cualidad natural o innata.
La palabra “Cristo” es una traducción griega de la palabra judía “Mesías” y significa “el ungido”.
Según el libro de los Hechos de los Apóstoles, Pablo convirtió el cristianismo en una religión mundial. Más tarde fue a Atenas. “Estaba escandalizado” de ver la ciudad llena de imágenes paganas. Visitó la sinagoga judía y conversó con filósofos estoicos y epicúreos. En el Areópago había gente que se burlaba de él por lo que había dicho sobre la resurrección de Jesús de entre los muertos.
Lo nuevo de la predicación de Pablo es que Dios se ha revelado ante los hombres e ido a su encuentro. Es un Dios personal que interviene en la Historia y que muere en la cruz por culpa de los hombres.
En el transcurso de trescientos o cuatrocientos años todo el mundo helenístico se había cristianizado.

Credo

Pablo pensaba que un griego no debería cumplir la ley de Moisés, ya que el “viejo pacto” entre Dios e Israel había sido sustituido por el “nuevo pacto” establecido por Jesús entre Dios y todos los hombres.
Pero el cristianismo no fue la única religión nueva en esa época. Era importante para la Iglesia cristiana llegar a un escueto resumen de lo que era la doctrina cristiana. Esto era importante para delimitarla respecto a otras religiones. Así surgieron los primeros credos. El credo resume los dogmas cristianos más importantes.
Uno de los importantes dogmas era que Jesús era Dios y hombre. Esto puede sonar como una contradicción, pero el mensaje de la Iglesia era precisamente que Dios se convirtió en hombre. Jesús era un “Dios perfecto y un hombre perfecto”.

Con la entrada del cristianismo en el mundo grecorromano acontece un encuentro convulsivo entre dos civilizaciones. Se trata de uno de los grandes cambios culturales de la Historia.

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