Ir al contenido principal

29. Hegel.


Si Schelling hablaba de que el “espíritu universal” contenía la totalidad de la existencia, para Hegel, “espíritu universal” es la suma de todas las manifestaciones humanas. Se refiere a las vidas, las ideas, la cultura de los seres humanos. No se refiere a una inteligencia escondida en piedras y árboles, sino más real.
Kant habló de la “cosa en sí” y de la “verdad” inalcanzable. Hegel por el contrario dijo que “la verdad es subjetiva”, por lo que no hay una “verdad” fuera de la razón humana. No hay una “verdad eterna”. No existe ninguna “razón eterna”. El filósofo solo puede fiarse de la Historia.
Para Hegel, la razón es algo dinámico, por no decir un proceso. La “verdad” es ese proceso en sí. El filósofo vive en un contexto histórico determinado que lo condiciona. La razón es “progresiva”, es decir, va progresando. El espíritu universal evoluciona hacia una conciencia de sí mismo cada vez mayor.
Según Hegel, un estudio de la Historia muestra que la humanidad se mueve hacia una racionalidad y libertad cada vez mayores, por lo que la evolución histórica “avanza”. Esto lo llama Hegel evolución dialéctica: una idea es contradicha por otra produciéndose una fusión que elimina la tensión. Se da la tesis, la negación, y la negación de la negación. Hegel lo llama “tesis”, “antítesis” y “síntesis”.
El racionalismo de Descartes era una tesis. El empirismo de Hume era una antítesis. Kant elaboró la síntesis, que vuelve a ser antítesis de una nueva reflexión filosófica en la historia.

Hegel niega el individualismo romántico. Pensaba que el individuo era una parte orgánica de la comunidad. El espíritu universal se conciencia de sí mismo en “tres escalones”. Primero “en el individuo”, la razón subjetiva. A continuación “en la familia, la sociedad y el Estado”, la razón objetiva, porque hay interacción entre las personas. Por último con el arte, la religión y la filosofía consigue el individuo la razón absoluta.

Comentarios

Entradas populares de este blog

14. Dos civilizaciones.

Dos civilizaciones La civilización grecorromana y cristiana europea tiene dos raíces: los indoeuropeos y los semitas. Los indoeuropeos Creían en múltiples dioses, eran politeístas. El mundo se concebía como un drama entre las fuerzas del bien y las fuerzas del mal. Los indoeuropeos han querido siempre prever el destino del mundo. También intentaron conseguir verdaderos conocimientos sobre el ciclo de la naturaleza. Los indoeuropeos tienen una visión cíclica de la Historia. Ven la Historia como algo que da vueltas, que avanza en ciclos, igual que las estaciones del año. Las dos grandes religiones orientales, el hinduismo y el budismo, tienen origen indoeuropeo, igual que la filosofía griega. El budismo y el hinduismo subrayan lo divino como presente en todo. Esto se llama panteismo . En Oriente, la pasividad o el recogimiento es un ideal religioso. También, en muchas culturas indoeuropeas, se cree en la transmigración de las almas. Los semitas Las tres religion...

26. La Ilustración francesa.

Ideas: 1.       Rebelión contra las autoridades. 2.       Racionalismo. El racionalismo francés es diferente al racionalismo inglés. Cuando los ingleses hablan de “sentido común”, los franceses hablan de “evidencia”. El “sentido común” inglés tiene que ver con la “experiencia común”. La “evidencia” francesa tiene que ver con “lo evidente” es decir, con la razón. 3.       La idea de “ilustrar”. La pedagogía como ciencia tiene sus raíces en la Ilustración. Su obra es la enciclopedia . 4.       Optimismo cultural. 5.       Vuelta a la naturaleza. Rousseau lanzó la consigna: “Tenemos que volver a la naturaleza”. El hombre es bueno “por naturaleza”. 6.       Cristianismo humanizado.  Se consideraba razonable creer en la inmortalidad del alma. Pero muchos también defendieron el deísmo , por el cual Dio...

1. Introducción.

Necesitamos encontrar una respuesta a quién somos y por qué vivimos. La filosofía surgió a causa del asombro de los seres humanos. Lo único que necesitamos para ser buenos filósofos es la capacidad de asombro. Un filósofo jamás ha sabido habituarse del todo al mundo. Para él, el mundo sigue siendo desmesurado, incluso algo enigmático y misterioso. Un filósofo sigue siendo tan susceptible (curioso) como un niño pequeño durante toda la vida.