Los románticos veían todo como un
solo “yo”. Hegel veía todo como una manifestación de la razón universal.
Kierkegaard pensaba que estas “verdades objetivas” no tenían ninguna
importancia para la existencia del individuo.
Lo más importante para
Kierkegaard era encontrar la “verdad para mí”. Colocó al individuo contra el
“sistema”. Es la existencia de cada uno la que es esencial. Según Kierkegaard,
la verdad es ”subjetiva”. Las verdades realmente importantes son personales. No puedes saber si una
persona te quiere o no. Sólo es algo que puedes creer o esperar. Lo esencial no
es si el cristianismo es o no lo verdadero, sino si es lo verdadero para mí.
Kierkegaard opinaba que existen
tres actitudes vitales diferentes. Él utiliza la palabra fases y las llama “fase estética”, “fase ética” y “fase religiosa”.
Quien vive la fase estética vive el
momento. Lo que es bueno es lo que es hermoso, bello o grato. El típico
romántico es el típico estético. La fase
ética se caracteriza por la seriedad y elecciones consecuentes según
criterios morales. Nos recuerda a la ética del deber de Kant. La fase religiosa es la religión cristiana.
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